lunes, abril 16, 2007

El Peor Día.

4:30 horas. Hincado frente al inodoro

–Ahhhhgggggg, auhgg huugg..

Maldición, el estomago me da vueltas y su pseudocontenido sale expulsado devolviéndose en su ruta. Creo que fue por el gallo de salchichón que ingerí a las 2:00. Me limpio la boca.

5:00 horas. Tirado sobre el escritorio de la computadora. Dormitando.

–Ten… gofff coffff… tengo que ir a la U… tengo que ir a la U, a la Uhhhhggggg


5:05 horas. Hincado nuevamente frente al inodoro, pensando

–Que mierda, pase toda la noche estudiando para ese hipueputa examen, no he dormido ni picha en toda la noche y ahora me pasa estooo.


9:00 horas.
Tendido en mi cama, pensando

“Bueno por lo menos ya dormí un ratito, de por si, fijo me iban a coger en el examen. Quien mete a esa puta profe haciendo un examen a las siete de la mañana, eso si es una injusticia. Ahora tendré que ir a la mierda esa del Seguro a sacar cita, o que me atiendan de emergencia, para tener una justificación con que reponer ese reputísimo examen de mierda”.


13:00 Clínica del Seguro Social, charlando con la secretaria.

La secretaria llena una boleta con los datos personales

–¿Como es que dan la dirección en su casa?

–Pues… de la clínica del seguro social 75 metros sureste, o del Banco de Madrigolandia 100 sur y 45 este, primer agujero a la derecha (La secretaria parece decir: este cara’e barro vive a la par de la clínica y no puede sacar una cita normal, tiene que recurrir a Urgencias.)

–¿Edad?

–23

–¿Estudiante verdad?

–Sí

–¿Lo asegura su mamá, verdad?

–Si, ahí esta el número del asegurado. (Ese es el beneficio de solo estudiar después de los 18)

–¿Vino en taxi, en auto, a pie o en bus?

“Pues mire, tome un helicóptero que me llevo hasta Cabo Caraveñal, luego un cohete Saturno V me puso en orbita, reingrese a la atmósfera en una cápsula espacial sujetada a un paracaídas desde la cual salté a un tren en movimiento para montar un burro que me trajo hasta la entrada, pero como no dejaron pasar al burro, caminé, entonces creo que llegue caminando, ¡¡ANIMAL!!”

13:45 Consultorio Médico, la doctora me examina el abdomen.

–Te voy a mandar una gravol

Miro lo que escribe en la receta médica –¿Y tiene que ser inyectable? –pregunto – ¿No es mejor en pastillitas?

–¿Y si después las vomitas?

–¡¡Picha!! Por eso no quería venir al doctor, pero no, hay que hacerle caso a la mamá: “Madrigolito, vaya a seguro, ¿va ir al seguro? Yo le digo a la doctora, pero vaya ¿si?”

Salgo agüevado para farmacia a entregar la receta de los inyectables y las pastillas. De camino me saludan por mi nombre la directora de la clínica, el enfermero, el ATAP y la miscelánea. Llego a la ventanilla de farmacia, esta cerrada. Me hago sombra con las manos para ver al interior del vidrio, veo a la farmacéutica, toco el vidrio, ella levanta el vidrio, besito, ve la receta, le hago ojos de perrito a punto de morir, mientras me da la colilla para retirar el medicamento. Me dirijo a enfermería con resignación.

14:00 horas. Frente a enfermería.

–¿Mmmmm… dónde estará aquella enfermera machita que inyecta tan bien?

La idea una jovencita bajándome los pantalones me consuela un poco. La machita no aparece. Un enfermero me llama al cubículo.

14:05 Acostado boca a bajo en una camilla. Pantalones a media nalga

Siento el frío del algodón empapado en alcohol sobre el primer cuadrante de mi gluteus maximus,. Cierro los ojos, respiro profundo, los segundos se hacen eternos, escucho el latir del corazón en el pecho. –Mae, no llore, no llore, aquí es donde se hacen los hombres de verdad, hombre, güevón ¡hombre! –.

–Respire profundo.

Aprieto los dientes, no me da tiempo de respirar, el metal penetra milímetro a milímetro en mi carne, al acercarse los finos vellos se erizan, el dardo se interna cada vez más en la piel.

–Hombre, güevón ¡hombre! – me repito – Picha, yo quiero a mi mami, mami mamiiiiiiiiiiiiii.

Siento como la jeringa inyecta su contenido dentro de mi carne.

–NOOOOO. Yo quería que fuera la machitaaaaaaaaaaa.

Debo aclarar que cuando yo era pequeño mi madre siempre era la que ponía las inyecciones, puesto que ella es enfermera profesional. Era entonces cuando yo abogaba por lo injusta e inhumana que era por someter a su hijo a tal sufrimiento y le decía que si me quería entonces no me inyectara. El timo nunca funcionó.

14:15 Seguro Social.

Subo las escaleras, renqueando y maldiciendo al puta que inventó las jeringas. Es que en verdad es algo inhumano, quien en su sano juicio insertaría un pedazo de metal en su nalga, manda güevo que no hayan inventado algo mejor que una jeringa. Además no era para tanto, ya estaba pura vida, solo fui al Seguro para que me dieran el fuking comprobante, no ocupaba ninguna inyección ni nada, y todo por culpa de esa bruja de profesora… bla bla bla.

15:00. En mi cuarto

Me tiendo en cama con cuidado, quiero dormir y reponer energía. Llevo 30 horas sin dormir, realmente necesito descansar. Hoy me doy libre en la U, nada del mundo me hará moverme de esta cama, para mí el día termina ahora. Cierro los ojos. Suena el teléfono:

–Mae, tiene que venir urgente a la U, no puede faltar, si no mamamos en el proyecto y….

Me equivoque. El día no ha terminado, aún quedan 9 horas más. Sencillamente lo peor estaba por venir.

¿Continuará?

5 comentarios:

Jaqui dijo...

BUJAJAJAJAJAJJAJAJAJ. Eje,...cof, cof...y cómo seguís?

:D

Matriuzka dijo...

¡Cobarde! Yo, por el contrario, soy feliz cuando en lugar de enviarme pastillas -que me hacen mierda el estómago- me ofrecen la opción de una inyección. De hecho, siempre pregunto si no es posible inyección...

Mi doctor ya se acostumbró... pero él también es un cobarde (irónico que siendo médico...)Debe ser por ser hombre (pido disculpas anticipadas por la generalización... puede que haya UNO que no sea cobarde)

Que sigás mejor... jaja... y si en verdad vivís a los tantos metros de la clínica ya se como encontrarte! jejeje

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Mae si ese fué el peor día usted es un hombre con suerte, entonces pq no dormir y enfermarse de la panza por comer mierda en los alrededores de la ucr es pan de todos los días para los estudiantes universitarios.

Madrigoloide dijo...

Gracias Jaqui, después de 'eso' me compuse, hasta un alguien por ahí reto mi valentía diciéndome cobarde. Pero lo que sí me da realmente miedo es que Matriuzka pueda llegar hasta mi casa el día menos esperado.
Afortunadamente, si sigue esa dirección llegara hasta una enorme alcantarilla que bien pude funcionar como madriguera o tumba.

Anónimo: Ya he desarrollado inmunidad a todas esas cochinadas, las causas de mis padecimientos escapan a la razón humana.

sancarlena1977 dijo...

Pecaiiiiito, héseme pacá, pa chinialo y hacele piojito, casi lloro con la inyección...