2006: El último suspiro
Para mi eso del año nuevo o año viejo, no tiene mucho significado, para el mundo un sábado es idéntico a un miércoles, el 31 de diciembre del 2006 es lo mismo que un 1 de enero del 2007, y aunque astronómicamente si existen diferencias, los días son solo una excusa para llevar un control sobre nuestras actividades. Somos los seres humanos los que marcamos diferencias entre los días, los domingos son domingos porque hay fútbol y resumen deportivo por la tarde, los martes son martes porque salgo a las 10 p.m. de clases, los viernes lo son por el Show de
Sin embargo esta temporada no sentí que fuera Navidad, no sentí los frescos días de diciembre, ni pude comer un plato de arroz cantones viendo los toros, desgraciadamente al Chinamo si lo tuve que soportar.
31 de Diciembre = fiesta, disfrutar con la “family”, bebidas espirituosas, amigos, comida, borracheras, agresión domestica, accidentes de tránsito, depresiones y vandalismo. Felices Fiestas.
La cuestión es que para este año, me encontraba a las 6:00 p.m. del 31 sin nada que hacer, en eso me llama Paula, que hay una dis que fiesta en la casa de Vera y que me llegara –Bueno, no está mal, al menos ya tengo donde ir –me dije. En eso también llama mi querida madre, que si no voy a ir a la casa de mis abuelos. Para no hacer largo el cuento primero fui donde mis abuelos y como a ellos no hay que hacerles tarde mucha bulla. a la 9:00 ya iba para el otro sitio, pues no quería pasar como las años anteriores con mi familia nuclear, a las 11:00 ya en casa, y las doce solo mi hermano y yo despiertos viendo televisión, nada más –Mirá, ya son las doce, feliz año, ¿que dan en el otro canal?–. . Sin embargo el otro sitio no variaba mucho el ambiente poca gente, casi nada de bulla, al menos esta vez si había bastante comida; sin embargo fue un rato ameno de tertulias y risas en el Hotel
Ya más alegre me despedí de la fiesta como a las 3 de la mañana, sin embargo pedí que me dejaran en el parque y no en mi casa, que queda como a
Finalmente me despedí después de empujar el carro que funcionaba como auténtica disco-móvil que quedó sin batería, y con un poco de remordimiento al ver que ya salían los buses para San José con gente dispuesta a trabajar, aunque ahora que lo pienso, ¡mentira! quien putas va ir con ganas de trabajar un 1 de enero a las cinco de la mañana, pero decepcionado porque la botella que lance vandálicamente al atrio de la iglesia no se quebró. Bueno también me disculpo por eso, pero no con quien fue a recogerla para enviarla de nuevo para arriba.
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