3:00 a.m.
Me despierta la alarma del reloj, mi hermano se levanta, le oigo preparar unos huevos fritos, no puedo dormir más, aunque debería, a las 4:00 mi tío pasará por nosotros para ir a una finca que tiene adentro.
El viejo Toyota baja y sube pendientes de grava, cambio de luces y nos quedamos a oscuras, a la izquierda se abre un precipicio de más de
Amaneció, hemos llegado, desde lo alto se puede ver el mar y el río que serpenteante se dirige a él. Cambio de calzado, unas full botas de hule harán ahora un mejor trabajo que mis viejas tenis. Perdón, no hemos llegado, todavía falta un buen trecho, dicen que más abajo el camino está intransitable a causa de las lluvias y por eso es mejor seguir a pie, son como
Exhausto me recuesto sobre las vigas del corral, desayunamos, mi primo trae los caballos y se va a buscar el ganado, yo solo espero.
No esperen verme algún día en Zapote como torero improvisado, entonces ¿porque sí me dio por meterme en un pequeño corral con 50 pares de picudos cuernos apuntándome?, eso mismo me preguntaba al ver las cornamentas seguir mis movimientos. Pero no hay mucho que temer, las reses en manada son como gallinas y son ellas las que trataban de huir golpeando y haciendo retumbar el establo al verme acercándome a ellas. Je je sepan quien es el que manda montón de mortadela.
La misión era simple: vacunar al ganado con un desparasitante, ¿Quién se atreve a clavar una aguja en la nuca de un toro de
También se remarcaron algunas bestias pues su número estaba poco visible, no se imaginen un hierro al rojo vivo en el cuero del animal, ahora se utiliza una solución cáustica de Hidróxido de Sodio para marcar a las vacas, sin duda un método más practico y menos traumático para los animales.
Ya está, tarea cumplida, ahora a almorzar, en el campo el hambre llega más temprano. Panza llena y solo quiero echarme un sueñito, pero no hay tiempo, debemos marcharnos, oscuras nubes surcan el cielo y no será agradable que empiece a llover, el recuerdo de la montaña que baje a pie será pronto mi purgatorio al volver por ella, pero si Dante tenía a Virgilio, nosotros teníamos caballos, ¡por dicha! Y ellos tuvieron la tarea de transportarnos por las empinadas laderas, aunque mi hermano iba montando a pelo (es decir sin montura) y todavía le duelen las verijas. Pero al igual que Virgilio, nuestros transportes no podían llegar hasta las altura celestiales (la razón no me quedo muy clara) por lo que el último trecho se tuvo que recorrer a pie, desafortunadamente ninguna hermosa dama me esperaba al llegar, solo el viejo Toyota borroso entre la bruma.
Madrigoloides: Seguiremos reportando.
2 comentarios:
hmmm de toreros improvisados a La Divina Comedia.. jajaja.. que amplio espectro!!! jajaja... en fin, bueno, ya tenes una experiencia mas para el cumulo de "apuesto que ustedes nunca...."
Si es todo lo que he intentado leer, lo único que sabes escribir, vale la pena que te eches a dormir, nunca he vist a nadie tan patético. No te molestes en contestar, no volveré a pasar por aquí, los sudacas sois pésimos
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