martes, septiembre 27, 2005

En busca de trabajo:

Una experiencia fuera de este mundo.

Sintiendo el deber y el derecho de gozar con un trabajo económicamente remunerado, el cual me permita tener un poco de dinero obtenido vía no progenitor y libertad financiera para adquirir por vías legales x o y artículo; además siguiendo mis deseos de ser partícipe en un proyecto al que desde que me entere de su existencia tenía echado el ojo, me di a la tarea de empezar a mover los hilos necesarios para comunicar al encargado del proyecto mi interés de formar parte del grupo encomendado de la operación y puesta en práctica de la actividad además de las aspiraciones que tenía de tal. Fue así como concerté una cita vía e-mail, unas semanas antes de la inauguración oficial del edificio, donde comunique mis intereses al director del centro de investigación y él un poco de sus esperanzas y las posibles funciones que me serían encargadas, lo que dijo superó todas mis expectativas: sería el operador del Planetario de la Ciudad de San José. Claro está que solo eran preliminares, y no había nada dicho aún, así que espere un par de semanas más para contactar de nuevo al encargado, envié un nuevo correo, sin respuesta, lo volví a enviar, la contestación no me decía mucho, ahora me invitaba a pasar a hablar nuevamente, solo que esta vez en el recién inaugurado edificio del planetario.A los pocos días decidí efectuar una visita al lugar en cuestión, el Planetario de la Cuidad de San José corona con su techado curvo y azul una pequeña loma de la Ciudad de la Investigación en la Universidad de Costa Rica, me acerque a la fachada principal del nuevo edificio, admirando su arquitectura circular y vítrea, subí las gradas y toqué a la puerta, estaba cerrada… por eso cual merodeador me puse a rodear el edificio buscando señales de vida dentro de él; y las encontré así que luego que se percataron de mi presencia hice saber mis deseos de ingresar al edificio. Una vez dentro me presente a los encargados, que sin mayor preámbulo me dieron ordenes de ensamblar una silla (bueno con algo hay que empezar), me presente a los demás asistentes (a una chiquilla linda en especial) y “para irme empapando las manos” según la encargada asistí a una función (¡¡¡¡¡gratis!!!!).

El planetario cuenta con una cúpula semiesférica de proyección de 8.5 metros de diámetro, las 40 butacas estas inclinadas 45º hacia arriba para apreciar el curvo techo sin sufrir una tortícolis, la presentación estuvo impresionante, la sensación del profundidad, uno se introduce dentro del cielo estrellado, se relaja viendo los pequeños puntos de luz que van apareciendo conforme avanza la noche de ese mundo aparte que es el planetario representando las constelaciones y planetas que van dibujando sus extravagantes formas en el cielo; simplemente fantástico, pero muy corto, el resto de la función lo componía una excelente película sobre la formación del Universo, las galaxias, las estrellas y los planetas que simplemente nos pone a cavilar sobre la insignificancia de nuestro planeta, saber que no somos nada en el Universo, una mísera mota de polvo, que viaja junto al Sol llevada por vientos, que nunca podremos entender, en un el gran desierto del Universo.

Y bueno, ¿que que paso con el empleo? Pues nada, fui por segunda ocasión al planetario y ahora sí entendi que ya no había cupo para más asistentes -Pero pase a ver mas adelante, talves algunos deserten - Me dijo la encargada. Una oportunidad que se me fue, ni modo seguire sin dinero; pero viendolo por el lado amable, al menos tuve una experiencia fuera de este mundo y gratis.

¿Ya visitaste el planetario?
Pues te recomiendo que te des una vuelta, luego me cuentas como te fue.
Pura Vida

sábado, septiembre 24, 2005

15 DE SETIEMBRE


BUM-BUM-BURUBUM, 4:30 de la madrugada, bum bum bum
Corro huyendo a través del puente de Khazad-Dûm, un Balrog me persigue, bum bum, la luz al final del túnel se hace cada vez más brillante, los tambores retumban cada vez más fuerte bum-bum, salgo a la luz, mis ojos se inundan de luz.
Los redobles cesan, rompen de nuevo el silencio de la madrugada Tum-Bum-Turumbum e inician una melodía; la conozco el recuerdo llega a mi nublada cabeza…, tengo… tengo…, “tengo la camisa negra porque negra tengo el alma”

Y así despierto, envuelto en la soñolencia y el frío de mi habitación, los clamores de la diana del 15 de setiembre se hacen cada vez más fuertes mientras alguna canción de Juanes es interpretada, a mi parecer por todas las bandas del país que bajo no sé que macabra legislación deben despertar a los vecinos en unos de los pocos días feriados en el año. Espero a que pasen los tambores y las liras, una hora después los últimos clamores se extinguen al igual que mi sueño que afortunadamente no tardó en renacer.

Los tambores vuelven a despertarme, ahora ya es media mañana y se preparan para el la celebración de la independencia (¿independencia de quien?) asi que trato de apurarme para ir a ver el desfile. No lo logro me gana el sueño y el hambre pero consigo llegar a ver la presentación de despedida de las bastoneras del colegio, bueno algo es algo y avivo el ojo para ver que nuevas flores trae este año el colegio, el resto del día lo pase allá en Tarbaca comiendo chicharrones y recordando aquellos tiempos con mis primos cuando todos vestidos de abanderados, bastoneras, escolta, banda o por lo menos con el uniforme puesto comentábamos los pachos del desfile y chorreábamos los trajes nuevos con la mantequilla que escurría por los elotes tiernos que comíamos.

Merece la pena recordar que no solo Costa Rica logró su independencia el 15 de setiembre de 1821 —¿logró? Mejor dicho se la regalaron— sino que también todos nuestros hermanos países centroamericanos también ganaron de forma pacifica su “libertad”, por eso siempre trato de hacer eco en esto, que Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica juntos como una sola región y no de manera separada deberían celebrar sus actos patrios, personalmente me gustaría ver un 15 de setiembre las banderas de estos países detrás del Pabellón Nacional en el desfile, recordándonos nuestro origen común y lo que realmente somos: hermanos, aunque existan personas a ambos lados de las fronteras que intenten hacérnoslo olvidar y otras para las cuales el Himno Nacional es solo una canción que tocan antes de cada partido de la “sele”.

miércoles, septiembre 21, 2005

DESFILE DE FAROLES:

El oficial de tránsito como guía

Este 14 de setiembre, feliz de salir de clases y de tener un día feriado por delante, estaba ansioso esperando el autobús que me llevara a Madrigolandia, mi hogar, es eso veo una linda cara femenina en el asiento del pasajero en un automóvil, me hace señas de que me acerque, dudo un momento, vuelvo a ver al conductor, un tipo al que conozco de vista pero pocas veces he tratado, me acerco al carro –bueno de por si somos familia – pienso refiriéndome al conductor mientras abro la puerta trasera y me monto feliz de conseguir un pase gratis y rápido a casa.

El auto dobla a la derecha, recorre 10 metros y oigo a mi amiga, la que me hizo las señas, mencionar algo de alguien –mire ahí estaba Juliano– me quedo pensando cual Juliano será y otros 10 metros después el reflejo azul de una sirena hace que el auto se detenga a una orilla de la calle, vuelvo a ver al chofer, Chaco tiene por ahí de 20 años, está tranquilo como si la cosa no fuera con él, pero aun así yo me siento incómodo, ¿será por el cinturón? nop, todos lo tienen puesto, menos…, menos yo, pero no, no creo que sea porque no llevo el cinturón de seguridad puesto, me acabo de montar al carro razón por lo que no me lo puse aún, además el oficial de tráfico no me iba a ver en el asiento trasero ¿o sí?.

El oficial se acerca al carro, yo pido que no sea por algo que tenga que ver conmigo. Al rato de conversar el chofer sale del carro y se aleja un poco de auto, mientras Nana, mi amiga y ex-vecina (una verdadera lástima que se mudara) habla con un tipo por el celular –Siii, amor vieras que Daniel, le esta haciendo un parte a un amigo… – me le quedo viendo sorprendido y preguntándome como demonios puede conocer al oficial, y si lo conoce porque no le dice algo para mitigar la situación, – es que es un odioso, me cae bien mal y nunca me habla, además solo echarle viejas a mi novio que también es tráfico – responde Nana como adivinando las preguntas en mi perpleja cara –bueno ahora sí sé porque nos pararon – le digo, mientras nos reíamos de las ironías de la vida, ella vuelve a llamar a su noviecito para que interceda en la situación, más o menos fue algo así:

– Si, es que ese mae, Daniel, le está haciendo un parte a un amigo mío– vuelve ella a comentar.
– ¿Como? ¿Qué donde estoy? pues en el carro de mi amigo, que ¿qué hago montada aquí? pues me lleva para la casa –respondía ella cada vez más irritada.
– Nooo, y porque tengo que decirte algo antes que alguien me lleve en carro–

Ya sabrás por donde se fue la cosa, aquello fue un pleito, ella respondía al teléfono, que con quien ella se fuera no era asunto de nadie, que no tenía que ser tan celoso, que el carro era de un compañero del colegio y que además también iba un vecino en el carro y bla bla bla. Esto mientras el afortunado chofer esperaba la ayuda del contacto que su pasajera estrella estaba llamando, y que rápidamente convirtió aquel lío de ruedas en uno del corazón; a la vez que este servidor se preguntaba a que hora se le ocurrió subirse en aquel viaje, mientras un autobús con destino a Madrigolandia pasaba de largo por la calle.

Pero bueno, al final el asunto terminó en una multilla de ¢2.000 por no llevar la Revisión Técnica Vehicular al día (le salio barato por esta vez), y la cuestión de los celos quedo standby hasta llegar a casa, ¡hasta llegar a casa! esa fue la segunda odisea de la noche.

Subimos la colina y empezamos a bajar de las alturas en busca del hueco que lleva a mi madriguera, cuando vimos una larga fila de lucecitas que hacían cola en la carretera, pero no, no eran faroles como era de esperar un 14 de setiembre, era una gran y lenta columna de unidades expedidoras de CO2, me pregunte la causa y recordé mis épocas colegiales cuando traer la antorcha de la independencia desde lo alto del cerro era parte de los festejos patrios (ahh, esas chicas en ajustados pantaloncillos corriendo por la calle), cabe decir que de los 365 días del año, a diferencia de otras carreteras, durante 364 días las presas son inexistentes en la ruta 54 (es cierto, no es mentira, algo así todavía existe) excepto durante 3 horas del día 365, ¡adivinen que! ese día era hoy.

Conclusión, si alguna vez me ven en una parada esperando el autobús y en su coche sobra un espacio vacío, hagan que no me conocen y pasen de largo.

No, es mentira, siempre mi corazón está esperando que alguien me lleve y me libre de ese suplicio que es el transporte público, este día la buseta en que la estaba destinado viajar, iba cual lata de sardina en el sostén de Angelina Jolie (rayos, eso si es apretado) lo sé porque venía detrás de nosotros en el embotellamiento, al igual que todos los buses que habían salido desde 3 horas antes.

Y bueno, a Chaco, el chofer, no lo he visto más en su auto, donde lo veo ahora es en el bus al cual todos los días asiste religiosamente, Nana se arregló con su novio, que no a dejado de ser celoso, pero nos reímos de él cada vez que compartimos asiento en el autobús; y yo aún sigo pensando en las bien formadas piernas de las colegialas y su gracioso correr. ;-}

CHAO!!!!

martes, septiembre 20, 2005

DÍA DE LA MADRE

Llega el Día de la Madre, ese icono tan importante en nuestras vidas, una madre, una mamá, mi mamá, que puede ser más importante que una madre. Mucho se a escrito sobre las madres, aunque no siempre lo suficiente, por eso mejor no voy a escribir sobre las ellas, porque ellas merecen algo mucho mejor que mi prosa malhecha y risible. Pero si me enfocare en lo que mis consanguíneos subterráneos y yo hicimos al visitar la Madriguera Mayor, esa donde viven mis abuelos desde cuando aún se podía vagar libremente por la superficie y no era necesario, como ahora, sobrevivir en la profundidad de la tierra.

Mi mamí, como primer gran intento de romper las tradiciones gastronómicas de la familia no hizo arroz con pollo con es costumbre (creo que ya en otro blog me referí a ello) sino que influenciada por la cultura oriental se jaló un chop suey riquísimo – me parece que hemos cavado demasiado profundo y que además en el otro lado del mundo alguien quiere construir una supervía algo así como un Tokaido Shinkasen intraterra– mi abuela muy feliz pero a la a la vez siempre echando un ojo a las multitudes de carajillos que corrían por ahí, recibía los regalos que mis tíos le daban. Yo me limite a asistir todo serio, con lentes y una camisa manga larga, que quedaron hechos un puño en no sé que rincón de la casa luego de que me fuera a la plaza a jugar fútbol, deporte para el cual soy malo, pero lo que se dice un perra, pues nunca me incline mucho a practicar ese deporte, ni ningún otro; los que si juegan son mis primillos, algunos son todos unos ases futboleros, lo gacho es que como soy uno de los mayores siempre los más chiquillos me hacen es bailado, pero bueno la gracia es divertirse y sudar un rato la camisa, pero ese rato se convirtió en una mejenga de más de tres horas después de las cuales mi desvalido cuerpo no valía un cinco y claro toda la semana siguiente amanecí, viví y dormí con el cuerpo hecho un nudo y todo arratonado.

Ahhh se me olvidaba mencionar el regalo que le di a mi mamita, pues resulta que su servidor estaba haciendo dieta –es en serio no te rías— por lo que regalar chocolates era una tentación que me quise evitar, así que llegue a madriguera nada más y nada menos que con un enorme pollo asado, que felizmente deguste con mi mamá— ¿Qué esperabas, que regalara una lavadora? no soy asalariado—.

Los veo y Feliz día a todas las Madres, que se lo han ganado.
PD: Si querés un pollo asado de regalo, envíame un mail y por ahí te invito.

sábado, septiembre 17, 2005

GENESIS

Todo tiene un inicio, y un inicio tiene de todo, la alegría, felicidad, miedo, tristeza, incertidumbre, esperanza, la soledad, las lágrimas, los abrazos, las risas; todo se conjuga en los inicios; y este es el mío.

Que espero escribir, no lo sé, la mente y mano del hombre no siguen patrones establecidos, o tal vez sí lo sigan, pero son tantos y tan vastos los caminos que recorren la psique humana, formando marañas de ideas y pensamientos, que resulta casi imposible seguir una linea de pensamiento desde su inicio hasta el final sin errar camino. Es algo así como una gran madriguera, llena de infinitos túneles, que con sus cruces, vueltas y revueltas nos va llevando cada vez más profundo, escudriñando, conociendo, explorando partes nunca antes vistas pero que están ahí esperando a ser descubiertas, a que alguien conozca sus almacenes y bodegas, sus cámaras secretas, sus tesoros y maravillas, ocultas en las miles de oquedades a lo largo de la senda, senda que se debe recorrer y alumbrar con el fuego de la vida, pues solo así lograremos ver las recónditas fortunas que nos esperan, escondidas detras de cada recodo, en el viaje llamado vida.